Tras 52 años de ejercicio profesional y con 82 años, he decidido jubilarme dándome tiempo a aquellos temas que me han impactado y uno de ellos es las nulidades matrimoniales ya que en mí se dan tres circunstancias. Soy creyente, casado y abogado, tres vertientes que me han hecho estudiar profesionalmente profundizar en la, naturaleza del matrimonio, no solo en la vertiente jurídica sino también desde la sacramental, no en balde es el único sacramento de la Iglesia Católica en el que el sacerdote no es el ministro del sacramento, sino los contrayentes.
A lo largo de mi ejercicio profesional he tenido ocasión de ser reconocido en otros tres extremos que me halagan es decir, fui elegido Decano del colegio de Abogados de Guipúzcoa y junto con los de Bizkaya y Araba, intervine en la fundación del consejo vasco de la abogacía. Finalmente el consejo de la Abogacía española me concedió la medalla al mérito en el desempeño de la Abogacía.